Humildad y voluntad de escuchar, las claves para superar las diferencias en la pareja

Hablar demás, usar palabras hirientes y fin de la cuestión: el enojo queda planteado y la pareja se resiente. El profesor Javier Escrivá Ivars, director de un Máster de Matrimonio y Familia en la Universidad de Navarra y catedrático de la Universidad de Valencia, considera que discutir es bueno, pero pelear es destructivo.

Es decir, que en la discusión no deberíamos romper con ciertas leyes, si no queremos hacer que el intercambio de pareceres se trasforme en destructivo.

Según un estudio publicado en la revista Ciencia Abierta de la Royal Society, bastaría con establecer una acción simple para evitar este tipo de disputa. Según los investigadores, hay que retomar las conclusiones, haciendo un balance de los valores que todos consideran esenciales antes de que una discusión se reduzca a un conflicto serio y sin salida. La llave a todo esto es la humildad y las ganas de escuchar los argumentos del otro no para defenderse, sino para evaluar alguna posibilidad de acercamiento.

Los filósofos entienden la humildad intelectual como la disposición a poseer o aceptar las propias deficiencias intelectuales por un deseo genuino de conocimiento y verdad. Y eso es lo que se propusieron estudiar con 303 participantes que registraron 116 discusiones grupales grabadas en audio y video. Solo unos pocos estudios investigaron directamente el papel de la humildad en un contexto de discusión.

Las discusiones de pareja constantes provocan mucho desgaste en la relación. (Foto: Adobe Stock)
Las discusiones de pareja constantes provocan mucho desgaste en la relación. (Foto: Adobe Stock)

“Las personas intelectualmente humildes pueden tener una visión más integrada y precisa de sí mismas y, por lo tanto, estar menos inclinadas a distorsionar la información de sí mismas para sentirse mejor”, concluye el trabajo australiano.

Estos son los motivos más habituales por los que pelea una pareja:

  1. La educación de los hijos.
  2. La relación con la familia de origen.
  3. El manejo del dinero.
  4. La frecuencia en las relaciones sexuales.
  5. Las tareas de la casa.
  6. El estrés laboral.

Los problemas que puede presentar una pareja se pueden dividir entre aquellos que se pueden solucionar y los que no. Lo que es interesante pensar a partir de esta idea es tener en cuenta que las personas sí o sí se van a enfrentar con problemas, más difíciles o más fáciles, pero problemas al fin.

“En el 80% de los casos, conocer sin interrumpir los argumentos del otro condujo a tener más empatía. Más que las relaciones, este estudio podría ayudar a calmar cualquier tipo de relación y conversación acalorada en un mundo cada vez más polarizado”, concluyen los autores.

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